sábado, 14 de septiembre de 2013

Life in a day: un día, una película, un mensaje revelador

Pedirle a gente común de cualquier parte del mundo que filme lo que hace en un día particular. Esa fue la consigna de los creadores. ¿El resultado? Un inspirador documental que nos invita a preguntarnos si el camino hacia la felicidad se encuentra en el futuro o ya ha comenzado en cada mínima acción que realizamos en la cotidianidad.

Si hay algo que adoro del cine es la multiplicidad de ideas que se pueden llevar a cabo en la pantalla grande con un mensaje totalmente inspirador para el espectador. Life in a day es definitivamente un ejemplo de ello. Sus creadores se propusieron una meta precisa: realizar una convocatoria en todo el mundo para que gente común filme lo que hacía durante el transcurso del 24 de julio de 2010. Una fecha elegida al azar, unos actores desconocidos (los propios sujetos reales), y un total desconcierto inicial respecto de lo que podría encontrarse en aquellas filmaciones cotidianas.

Sin embargo, la sorpresa llegó al recibir 4.500 horas de material filmado, proveniente de 192 países. ¡La gente quiere contar su vida a los demás! ¡La gente quiere gritar al mundo sus desafíos, su apuesta a la vida, su defensa por disfrutar este maravilloso viaje en la Tierra! 

De este modo, Life in a Day muestra un perfecto y detallado montaje de las filmaciones realizadas por gente común de múltiples y distintas localidades del mundo que reflejan desde las acciones más sencillas del día a día -como afeitarse- hasta los ritos amorosos más emotivos -como el saludo inicial del día de un padre y un niño a su respectiva esposa y madre fallecida-. Life in a Day es un viaje al interior de aquellos pequeños aspectos que hacen a nuestra vida y sobre los cuales no nos detenemos a pensar. 

Es, además, una crítica indirecta a ciertos procesos de cambio que ha originado el ser humano. Ejemplo de ello lo da la trágica escena en la que se mata a un ganado para consumo (o por lo menos yo la sufrí demasiado por ser vegetariana). Pero allí está lo mágico del documental. Simplemente lo muestra, sin la voz de especialistas, sin un juicio crítico sobre ello, sólo lo muestra. Y luego, a través del montaje comparativo con otras acciones de la vida, deja que el espectador saque sus propias conclusiones sobre el ser humano, sobre el vínculo con el planeta y sobre la vida misma.

Lejos de lo que pueda creerse de un documental con material filmado por el público, la calidad es notoria y siempre es interesante la cámara en mano puesta a disposición de la sala. Ellos evidencian los distintos puntos de vista sobre acciones similares y, al mismo tiempo, diferentes. La excelente combinación de grandes planos generales con otros primerísimos primeros planos hace que el filme se disfrute visualmente. Aunque el montaje de situaciones paralelas ha sido mi favorito: la acción de dormir definitivamente no es la misma para quien duerme abrigado y quien duerme en la calle, por ejemplo. 

Life in a Day es una verdadera demostración de cómo poder realizar un documental con material de la realidad misma, en donde sean las imágenes las que hablen por sí solas en lugar de un guión literario. Hay pocas palabras, pocos diálogos... la verdadera conversación la realiza el montaje y ello es motivo suficiente para disfrutar del filme en la pantalla grande!!

Los invito a empezar a vivir este viaje por un día a través del tráiler.


Life in a day se proyectará en el marco del Anima Film Fest el próximo jueves 3 de octubre a las 20 y el sábado 5 a las 22.15 en Cinemark Palermo, Beruti 3399, Buenos Aires.


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